domingo, 14 de junho de 2020

Um poema de Maria Borio

Farnese
 
La ventana a la luz le dice “no imaginas”,
apoyate en la pared como si fuera una calle.
 
La espalda desnuda ya no tiene frío. Estas son las cosas
que nos habitan: el cristal transparente, la pared ciega,
 
nosotros por las cosas, una calle curva en la pared,
la pared al interior de venas lenticulares.
 
Todo percute como el bronce en el desierto: es la inocencia
que mueve la cabeza. Me habitas así, como el día
 
en la plaza que Giordano Bruno era aquel pequeño
fuego de todos. Te habito, el sonido que se aleja
 
de los edificios atrapados, la campanilla en la pared dura,
caliente como un fluido que mueve la cabeza.
(Traducción Mario Pera)


Farnese

La finestra a una luce dice “non immaginate”,
appoggiatevi alla parete come fosse una strada.

La schiena nuda non ha più freddo. Ecco le cose
che ci abitano: il vetro trasparente, il muro cieco,

noi per le cose, una strada curva sul muro,
il muro dentro vene lenticolari.

Tutto batte come bronzo sul deserto: è innocenza
che muove la testa. Mi abiti così, come il giorno

sulla piazza che Giordano Bruno era quel piccolo
fuoco di tutti. Abito te, il suono che si stacca

nei palazzi incastrati, la campanella sul muro duro,
caldo come un liquido che muove la testa.

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