LOS CLAUSTROS
Nuestros cazadores
– casi nuestros amigos –
nos han enseñado, sin equivocarse jamás,
los diferentes ritmos
que conducen al miedo.
Nos han amaestrado con sutileza.
Hablamos,
leemos y escribimos sobre la claridad.
Admiramos sus sombras
que aparecen de pronto.
Oímos
los sonidos de los cuernos
mezclados
con los ruidos suplicantes del océano.
Sin embargo
sabemos que somos los animales
con guirnaldas de horror en el cuerpo;
los cercenados a sangre fría; los que se han dormido
en un museo de cera
vigilado
por maniquíes de metal violento.
*
OS CLAUSTROS
Nossos caçadores
– quase nossos amigos –
nos ensinaram, sem que jamais se equivocassem,
os diferentes ritmos
que conduzem ao medo.
Fomos amestrados com sutileza.
Falamos,
lemos e escrevemos sobre a claridade.
Admiramos suas sombras
que logo aparecem.
Ouvimos
os sons dos chifres
mesclados
com os ruídos suplicantes do oceano.
No entanto,
sabemos que somos os animais
com grinaldas de horror no corpo;
os fatiados a sangue frio; os que dormiram
em um museu de cera
vigiado
por manequins de metal violento.
(ROBERTO SOSA – Tradução Floriano Martins)
Nuestros cazadores
– casi nuestros amigos –
nos han enseñado, sin equivocarse jamás,
los diferentes ritmos
que conducen al miedo.
Nos han amaestrado con sutileza.
Hablamos,
leemos y escribimos sobre la claridad.
Admiramos sus sombras
que aparecen de pronto.
Oímos
los sonidos de los cuernos
mezclados
con los ruidos suplicantes del océano.
Sin embargo
sabemos que somos los animales
con guirnaldas de horror en el cuerpo;
los cercenados a sangre fría; los que se han dormido
en un museo de cera
vigilado
por maniquíes de metal violento.
*
OS CLAUSTROS
Nossos caçadores
– quase nossos amigos –
nos ensinaram, sem que jamais se equivocassem,
os diferentes ritmos
que conduzem ao medo.
Fomos amestrados com sutileza.
Falamos,
lemos e escrevemos sobre a claridade.
Admiramos suas sombras
que logo aparecem.
Ouvimos
os sons dos chifres
mesclados
com os ruídos suplicantes do oceano.
No entanto,
sabemos que somos os animais
com grinaldas de horror no corpo;
os fatiados a sangue frio; os que dormiram
em um museu de cera
vigiado
por manequins de metal violento.
(ROBERTO SOSA – Tradução Floriano Martins)