quinta-feira, 16 de janeiro de 2020

Neil Leadbeater

ANCIANO CORRIENDO

Corriendo en Río ninguna vista es mala. Descalzo en la arena
al sonido de las olas. O dentro y fuera de árboles iluminados

Leblon a Ipanema

En sus días de juventud hubiera corrido por caminos de palmeras imperiales
como persiguiendo un arcoiris

o manteniendo un comentario incesante acerca de los barcos que salían de la Bahía
porque al ver la alquimia de la industria apreciaba todo aún más

objetos comunes en casa;

descripciones transmitidas del Pan de Azúcar, todo empujando
con una fuerza simétrica: piedra maciza, la fricción del camino, conduciéndolo hacia arriba,
empujándolo sobre: la inmensa flexión de sus extremidades inferiores
cada una respondiendo al llamado de la otra, un pie moviéndose delante del otro

con el cuerpo inclinado hacia adelante –

pero ahora perdió la velocidad       sus piernas cansadas
rápidamente ensayan una especie de

festina lente

con el Latín que nunca fue su punto fuerte.

Él sabe de aquellos que fueron antes
cómo el ascenso lento puede ser crítico; cómo los brazos dan altura a las manos
limitado
a las velocidades más altas 
está corriendo en el vacío y sin tiempo 
pero todavía no expiró. 

(Traducción de Juan Arabia)

LA TRANSMISIÓN DE LA NOCHE

Debe haber sido cerca de la medianoche cuando encontramos
el camión quemado.
Una antorcha encendida hasta
el avance posterior de las moscas de la noche,
todas las variedades de polillas sorprendidas allí,
en un círculo alrededor de la carcasa.
Debajo del tablero de instrumentos estaba la radio. Un evidente,
autoritario sonido como de campanas,
entonando las santas trinidades…
En el límite del bosque
la transmisión terminó en poder de las espigas de trigo.
Su texto, casi propio de las Escrituras.
(Traducción de Luis Benítez)

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